Fundación Alfonso y Luz Castillo
Entrada libre y gratuita
«Eduardo Grossman, Nueva antología»
Hasta el 24 de agosto
Para comprender el desarrollo de la obra de Eduardo Grossman, es necesario reconocer y entender su personalidad original y dinámica, que lo llevó a incursionar en los medios de prensa a principios de los 70 de manera espontánea e independiente. Así, formó parte de ámbitos que luego fueron emblemáticos dentro del periodismo gráfico.
Desde los personajes del rock como León Gieco, Charly García y Federico Moura (por nombrar algunos), hasta figuras de las artes plásticas que, en algunos casos, eran poco conocidas, como el emblemático Federico Manuel Peralta Ramos. También capturó el gran retrato de Carlos Alonso, mostrando toda la fuerza que expresaba en sus obras. Además, inmortalizó a Atahualpa Yupanqui y creó un fantástico retrato del «Polaco» Roberto Goyeneche, ambientado como la imagen de un cuadro sobre su persona.
En su amplio trabajo, también abordó la realidad política, destacándose el levantamiento militar de Semana Santa en 1987 y la visita de Juan Pablo II a Argentina ese mismo año.
Su obra comenzó a desarrollarse principalmente en el ámbito público, particularmente en su barrio de La Boca, donde capturó imágenes de personajes entrañables y el espíritu del barrio con una aproximación intimista a los acontecimientos cotidianos en las calles de Buenos Aires. Grossman logró interpretar la recuperación del espíritu democrático en la vida diaria, en el ánimo y el temperamento de la gente. En plena democracia, colaboró con otros fotógrafos para fundar el NAF (Núcleo de Autores Fotográficos), donde compartió sus imágenes con los otros once integrantes del grupo.
Como mencionó uno de los miembros del NAF, este grupo fue «la universidad de la fotografía», en cuanto a la formación y la reflexión que generó en la obra de cada uno. Este impulso fue conformando lo que podríamos describir como un estilo personal que se fue enriqueciendo en la práctica cotidiana y hoy hace que Eduardo Grossman forme parte, indiscutiblemente, de la historia de la fotografía argentina.
Ataúlfo Pérez Aznar